Descubren reserva de agua capaz de abastecer a todo el mundo durante 250 años
- Mi Móvil
- 17 sept
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La Amazonia, conocida como el pulmón del mundo, no solo alberga la mayor biodiversidad del planeta, sino que también esconde un colosal “océano subterráneo”. Se trata de reservas de agua dulce con un volumen estimado en más de 160 billones de metros cúbicos, fundamentales para el equilibrio hídrico global.

El descubrimiento fue dado a conocer por Francisco de Assis Matos de Abreu, investigador de la Universidad Federal de Pará (UFPA), durante la 66ª Reunión Anual de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia. Según sus estimaciones, estas reservas superan en 3,5 veces al famoso Acuífero Guaraní, considerado hasta ahora uno de los más grandes del mundo.
Este gigantesco reservorio de agua dulce se encuentra en las cuencas sedimentarias de los ríos Acre, Solimões, Amazonas y Marajó. En conjunto, abarcan aproximadamente 1,3 millones de kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en un sistema hidrogeológico de alcance continental. A este conjunto se le ha denominado Sistema Acuífero Grande Amazonia (SAGA).
Los estudios sobre este “océano escondido” comenzaron apenas hace una década, a partir de las investigaciones en el Acuífero Alter do Chão, ubicado en Santarém, Pará. Allí se identificó un depósito de 86,4 billones de metros cúbicos de agua. La sorpresa fue mayúscula cuando se confirmó que dicho acuífero formaba parte de un sistema aún más vasto, integrado por varias cuencas.

El valor de esta reserva radica en su papel en la regulación del ciclo del agua, crucial para sostener la selva, las lluvias de Brasil y la actividad agrícola del país. Según Abreu, la Amazonia transfiere anualmente alrededor de 8 billones de metros cúbicos de agua hacia otras regiones, lo que mantiene no solo la agricultura, sino también los embalses hidroeléctricos del sur y sudeste brasileño.
Sin embargo, aún se desconoce la calidad del agua en estas reservas profundas. La mayoría de los pozos actuales en la región no superan los 500 metros y, aunque tienen caudales elevados, no permiten dimensionar la magnitud real ni la potabilidad del recurso. Esto hace urgente profundizar las investigaciones para determinar su viabilidad como fuente de abastecimiento humano e industrial.
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